sábado 10 de mayo de 2008

La derrota geoestrategica de Evo Morales

Heinz Dieterich es un izquierdista mexicano. Hay que leer lo que dice, le envia mensajes a Chavez en sus escritos. No se porque todo los problemas de latinoamerica se lo achacan a USA todo, y no se dan cuenta que Evo y Chavez son unos gobernantes ineptos, y que los pueblos de Venezuela y Bolivia ya no son tan estupidos, como Chavez y a Hugo les gustaria. No se que tiene que ver Simon Bolivar en este asunto porque Simon Bolivar no era de izquierda.
vdebate reporter
La derrota geoestratégica de Evo Morales en Santa Cruz; un peligro de destrucción del Bolivarianismo latinoamericano
Heinz Dieterich - www.aporrea.org 08/05/08

1. El autoengaño sobre la derrota
Con la peligrosa derrota geoestratégica de la política de Evo Morales y Álvaro García Linera, en Santa Cruz; la activación de la Cuarta Flota Imperial en Mayport, Florida (28.4.), y la de facto autorización de la Organización de Estados Americanos (OEA) de la división de Bolivia, Washington ha avanzado tres pasos trascendentales para reestablecer su control sobre el “patio trasero” y destruir la revolución democrática-bolivariana de América Latina.
La afirmación de Evo de que el “referendo” fue un “rotundo fracaso” ---repetida por las agencias de propaganda oficiales de los gobiernos afines y sus intelectuales liberales--- es otro más de los autoengaños que han caracterizado la política del Palacio Quemado frente al cáncer de la subversión imperial-oligárquica en las cuatro provincias separatistas, durante los dos últimos años.

2. Combatiendo el cáncer con aspirinas
La esencia de esta política ha sido enfrentar ese cáncer con las aspirinas del diálogo pacífico; de la redacción de papeles en la Asamblea Constituyente; de la petición de socorro al Departamento Colonial de Washington, la OEA; de la mediación de la reaccionaria Iglesia católica; de la inoperante ONU y del, en el contexto actual, insignificante Premio Nóbel de la Paz.
El resultado fue previsible. Mientras el gobierno situaba su terapia en las elevadas esferas de la democracia burguesa, del diálogo y del humanismo, el cáncer crecía rápidamente en el darwiniano mundo de la realpolitik boliviana --alimentado desde su cordón umbilical, la embajada gringa, y fortalecido por las bandas paramilitares (UJC)--, haciendo metástasis en otras cinco provincias. El final del desfase entre la enfermedad imperialista y la terapia humanista nacional es pronosticable. Si el gobierno de Evo no cambia cualitativamente su política y si no logra un apoyo real de los países latinoamericanos decisivos, antes de los referenda separatistas de junio, el oriente boliviano terminará como Panamá y Kosovo.

3. La largamente previsible crisis del gobierno boliviano en Santa Cruz
La noche del sábado, 9 de diciembre de 2006, el gabinete boliviano se reunió en el exclusivo “Hotel Portales” de Cochabamba, para deliberar sobre el peligro de sedición separatista de la oligarquía de Santa Cruz. Coordinaba la sesión uno de los tres hombres decisivos del Palacio Quemado. Durante un breve receso comentó que la opinión del gabinete se inclinaba hacia la militarización de las provincias sediciosas. “En algún momento el Estado tiene que mostrar fuerza”, decía. “Este momento ha llegado.”

4. “Recuerden el estado de sitio de Fernando de la Rúa”
Conociendo bien la historia boliviana, y habiendo hablado con oficiales de la Fuerza Armada de Bolivia sobre la situación, me permití decirle al amigo: “Si mañana mandan las tropas, pasado mañana tendrán que entregar el gobierno. Las Fuerzas Armadas de Bolivia no van a matar por ustedes. Si decretan el estado de sitio y los civiles salen a la calle y las Fuerzas Armadas no disparan, tienen que entregar el poder. Recuerden lo que pasó con Fernando de la Rúa, el 11 de diciembre del 2001.”

5. Memorando del Bloque Regional de Poder Popular (BRPP), al Gobierno
Esa misma noche, una delegación del Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) --fundado en el “Primer Encuentro de Pueblos y Estados por la Liberación de La Patria Grande”, en octubre, 2006, en Sucre, Bolivia-- redactó un memorando sobre el escenario de la subversión separatista en los Departamentos de la “Media Luna”, sugiriendo una serie de medidas para contrarrestarla.
En esencia, el documento sostenía que era demasiado tarde para parar la conspiración tan sólo con la fuerza del gobierno central. Que, entre otras medidas, era urgente organizar un programa nacional de formación de cuadros, una campaña mundial de información sobre la conspiración, fortalecer un movimiento multisectorial de solidaridad latinoamericano y, lo más importante, enviar misiones diplomáticas bolivianas capaces a determinadas capitales latinoamericanas, para que Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba encabezaran una enérgica iniciativa política latinoamericana, destinada a neutralizar la conspiración oligárquica-imperial.
La calidad teórica-política y el realismo de este documento ---redactado por delegados de Perú, Paraguay, Argentina, Venezuela y Bolivia, entre otros países--- estaban plenamente establecidos, entre otros factores, por el fracaso del planeado golpe policiaco-militar del 11 de octubre, 2006, contra Evo; fracaso que se debe esencialmente al BRPP y a Hugo Chávez, contrario a algunas declaraciones tontas que posteriormente hizo el entonces vocero presidencial, Alex Contreras.

6. Ideas liberales y políticas legalistas, en lugar de realpolitik antiimperialista
En la tarde del domingo, 10 de diciembre de 2006, en una reunión televisiva con el Presidente y el Vicepresidente, se le entregó al Vicepresidente el memorando. Obviamente, no tuvo consecuencia alguna.
En lugar de implementar un plan estratégico regional para neutralizar el proyecto de Washington, el gobierno seguía insinuaciones exógenas para realizar congresos de intelectuales liberales en Bolivia y distrajo la escasa capacidad de su aparato diplomático en el proyecto del “premio Nóbel de la paz”; en vez de realizar cursos de formación política revolucionaria en todo el país, promovió a los intelectuales de la burguesía imperial, desde los confusionistas “postmodernos” de Hart y Negri, hasta la socialdemocracia europea y académicos españoles de flaca solvencia teórica; creyó en la quimera del “conflicto local” y del posible arreglo local con la oligarquía, aumentando sus subsidios económicos; se aferró a la Asamblea Constituyente, aún cuando ésta se había convertido en el caballo de Troya de la derecha y, posteriormente, a los buenos oficios de la jerarquía católica y de la OEA. En fin, errores teóricos-políticos garrafales en cadena.

7. El debacle geoestratégico y el desastre que se viene
Las consecuencias políticas de la derrota geoestratégica son potencialmente catastróficas. El vocero imperial, el Washington Post (WP), las formuló el 6 de mayo, sin tapujos: "Si Bolivia tiene suerte, el Señor Morales reconocerá que la mayoría de su país jamás aceptará una política etnocéntrica… Si, instigado por el Sr. Chávez, prosigue imponiendo su Constitución, es probable que el resultado sea un baño de sangre”. Más claro aviso de un golpe de Estado no puede haber.
Los ejecutores del “baño de sangre” anunciado serán los sectores militares golpistas bolivianos y las bandas paramilitares, al igual que en Chile. El brazo externo lo proporcionan las bases militares estadounidenses en Colombia, Manta, Ecuador, y la Cuarta Flota Imperial. Anunciando la reactivación de la U.S. 4th Fleet, el Comandante de la Marina de Guerra (CNO), Almirante Gary Roughead, dijo que se trataba de mandar “una fuerte señal a todos los servicios marítimos civiles y militares en América Central y América Latina”. Considerando, que el Pentágono conceptualiza actualmente sus Fuerzas Navales y Aéreas como la “reserva estratégica” de su poderío militar y que el Comandante de esta nueva fuerza intervencionista es el actual Jefe del Comando Naval de Operaciones Especiales, el mensaje es tan claro como el del Washington Post.

8. Los objetivos estratégicos del enemigo
La derrota geoestratégica de la política de Evo y Álvaro en las provincias separatistas ha convertido la situación boliviana en un asunto hemisférico, tal como la agresión de Uribe a Ecuador transformó el conflicto interno colombiano en un asunto de paz y guerra regional. En este escenario de ofensiva generalizada de Washington, la próxima jugada de la Casa Blanca es clara: con el informe de INTERPOL sobre las supuestas computadoras de Raúl Reyes, que se publicará a mediados de mayo, se pondrá a Hugo Chávez o a Venezuela en la lista de países que apoyan el “terrorismo internacional”; salvo que acepte cambiar esencialmente su política de integración latinoamericana.
Los objetivos de esa ofensiva para este año son evidentes: neutralizar o hacer caer el gobierno de Evo Morales; facilitar la derrota electoral del Presidente Chávez en noviembre e intimidar al Presidente Correa, Lula y Cristina Kirchner, para impedir la Constitución del Consejo de Defensa de Sudamérica, planeada para septiembre.

9. La hora del Termidor
A todo proyecto serio de desarrollismo latinoamericano, desde el Dr. Francia en Paraguay, el General Perón en Argentina, la Revolución Sandinista y el Coronel Hugo Chávez, le llega pronto la hora del golpe militar. Esta es la coyuntura que vive América Latina: es la hora del Termidor.
Ante este momento decisivo, es necesario un cambio cualitativo en la política del gobierno boliviano, porque la continuidad de su política actual significaría la destrucción del Bolivarianismo latinoamericano. Siendo evidente:
1. la incapacidad del gobierno boliviano de resolver esta crisis;
2. que está en juego la sobrevivencia del proyecto de la Patria Grande y, 3. que el desenlace de esta derrota geoestratégica es un asunto de seguridad nacional para Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Cuba, Brasil y Argentina; es imprescindible que los Presidentes de estos países encuentren, a la mayor brevedad posible, la forma de implementar un plan estratégico para contener el avance de la subversión separatista imperial-oligárquica.
La derrota geoestratégica de Bolivia es, al mismo tiempo, una derrota estrepitosa de los ineptos aparatos diplomáticos latinoamericanos y la catastrófica falta de inteligencia y planeación estratégica de esos gobiernos, que ante un peligro mortal evidente desde enero de 2006, no lograron hacer otra cosa que reaccionar en el último momento mediante firmas de intelectuales y declaraciones desdentadas de sus diplomáticos. Si este proyecto de integración bolivariano se malogra, no será por la falta de condiciones objetivas para triunfar, sino por el descuido catastrófico de esos gobiernos en cuanto a la creación de instituciones de planeación e inteligencia estratégica de alto nivel.

10. El Orden de Batalla
Ante los anuncios de matanza por los voceros imperiales, Evo puede ahorrarse el tiempo de protestar ante el Departamento de Estado o la OEA. La hora del Termidor (contrarrevolución) es la hora del poder real y con eso, la hora del Orden de Batall. Es decir: la identificación precisa de los factores que deciden la guerra, entre ellos los efectivos, la estructura de mando, el despliegue de las unidades y el equipo de las fuerzas militares y civiles enemigas, así como de las fuerzas propias.
Esta correlación de fuerzas y objetivos determina tanto los probables cursos de acción del enemigo, como las operaciones tácticas y estratégicas de las fuerzas bolivarianas. Fidel Castro es el más grande estratega militar de América Latina. Hay que pedirle que inicie con urgencia el análisis de este Orden de Batalla, no desde la Razón del Estado cubano, sino desde el campo de la batalla de Tierra Firme.
¡Tal como hizo, en su momento, Simón Bolívar!

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miércoles 5 de diciembre de 2007

Peligro mortal para Bolivia y Cuba

Heinz Dieterich es uno de los consejeros izquierdistas inteligente. Coloco este articulo porque estos son los consejos que le da a Chavez. Tenemos que saber como piensa la izquierda inteligente, para estar preparados.
vdebate reporter
Heinz Dieterich: peligro mortal para Bolivia y Cuba
Heinz Dieterich, uno de los ideólogos del Presidente Chávez, Después de los resultados del referendo sobre la reforma constitucional: Derrota estratégica en Venezuela; peligro mortal para Bolivia y CubaPor: Heinz Dieterich 03 de diciembre de 2007
Aporrea
1. Posible fin de los gobiernos en Bolivia, Venezuela y Cuba, entre 2008 y 2010
El Presidente Chávez ha sufrido una derrota estratégica en el referendo constitucional, que junto con la derrota estratégica del gobierno de Evo en Bolivia y la cada vez más precaria situación en Cuba, constituyen un panorama extremadamente grave para las fuerzas progresistas de América Latina. Es posible que los gobiernos de Hugo Chávez y de Evo Morales no sobrevivan los embates de la reacción en el año 2008 y que el modelo cubano se agote en el 2009-2010, si no se toman medidas realistas de inmediato.
Es un momento difícil y doloroso para iniciar un análisis frío de la derrota, pero no es posible posponerlo, por dos razones.
Esta es una guerra, y en toda guerra la derrota y confusión del enemigo es el momento idóneo para liquidarlo con un golpe decisivo.
De la misma manera, la innecesaria y evitable derrota en Venezuela es el producto del triunfalismo, del voluntarismo y de la falta de debate crítico dentro y fuera del proceso. La única manera de salvar el proceso ahora es la crítica racional de las causas del descalabro y la comprensión realista de las opciones de triunfo que quedan.
2. El sistema de conducción oficial: razón principal de la derrota
2.1 La Asamblea Nacional
La causa principal de la derrota en Venezuela es el sistema vertical de conducción del proceso bolivariano. Esto es evidente en sus tres instancias formales, en las cuales el Presidente no tiene contrapeso alguno: el parlamento, el gabinete y el partido.
El parlamento (Asamblea Nacional) es, esencialmente una caja de resonancia de la voluntad presidencial donde los diputados, controlados por tres “capataces”, dicen “sí” a todo lo que él plantea, aunque sea inviable.
La responsabilidad de esta situación reside en parte considerable en los diputados oficialistas, que no quieren perder sus prebendas.
2.2 El Partido y el Gabinete
Lo mismo sucede en el partido de Estado (V República, hoy PSUV) y en el gabinete. La relación del Presidente con los ministros del gabinete es bilateral, no colectiva. No asiste a las reuniones del gabinete, donde, en consecuencia, las fracciones más poderosas de la Nueva Clase Política (NCP) se las arreglan entre sí, dentro de los lineamientos generales del Presidente y bajo su poder de veto.
La fracción dominante de la Nueva Clase Política ---cuyos tentáculos van del control del aeropuerto de Caracas vía las influencias en los servicios de inteligencia, en la Cancillería y en los nombramientos de los generales de las FAN, hasta fuertes activos económicos--- es la que encabeza el gobernador del estado Miranda, Diosdado Cabello.
El sistema presidencial de dominación del gabinete, que se basa en la sustitución de la negociación en bloque por la negociación bilateral, y el reconocimiento de su poder de veto, se fundamentaba en dos elementos: el oportunismo material y de poder de los ministros ---la Venezuela bolivariana es, probablemente, la única democracia burguesa, donde nunca ha renunciado un ministro--- y la conciencia compartida, de que la única garantía del poder era la popularidad del Presidente.
Al menos la segunda premisa está ahora en tela de juicio. La ventaja de este sistema para el Presidente era la discrecionalidad del poder y una cierta distancia de los casos de corrupción, ineptitud de los ministros y falta de seriedad en los debates del gabinete. Estando ausente, nada de eso era responsabilidad directa suya. Sucedían cosas, como cuando un ministro de finanzas entró a la sesión y dijo: “Tengo tantos y tantos miles de millones de bolívares. Presenten sus propuestas. Están autorizadas de antemano.”
El precio político que pagó el Presidente por ese sistema de conducción fue la falta de información sobre la realidad, y el relleno del gabinete y de su entorno en Miraflores, de oportunistas de la NCP que, aunque muchas veces ineptos para los cargos escogidos, garantizaban el control burocrático del proceso, mas no la cercanía al pueblo.
Un anillo adicional que le filtra la realidad es el del sistema de Miraflores, donde, por ejemplo, los inspectores que él puede enviar para investigar un problema, pasan por el cuello de botella del Ministerio de la Presidencia. Algo semejante pasaba con los análisis de la “Sala situacional” del Palacio donde, además, pasaron por el control de unos jóvenes “asesores” extranjeros (españoles, franceses), sin experiencia ni nivel político, pero con muy sabrosos sueldos.
Esa situación cortesana se reprodujo a nivel internacional, generándose un circuito internacional de aplaudidores intelectuales individuales, alimentados con premios culturales absurdos de 150.000 y 100.000 dólares, y colectivos, como algunas páginas web de izquierda, que suprimen o marginan todo debate crítico sobre el desarrollo de los procesos progresistas en Venezuela, Cuba y Bolivia.
3. Las señales de advertencia: los idus de marzo
El producto que se le pretendía “vender” a la ciudadanía, la reforma constitucional, era deficiente; de hecho, tan deficiente que solo se logró convencer a una cuarta parte del electorado. Había cláusulas tácticas absurdas, como la ampliación del período presidencial de seis a siete años; elementos económicamente inviables como la jornada de seis horas y propuestas estructurales, como la refundación del Estado sobre consejos comunales, cuya implementación presuponía la existencia de una dictadura revolucionaria en Venezuela, para la cual no hay condición alguna.
En toda la historia latinoamericana solo ha habido dos dictaduras revolucionarias: la cubana, desde 1960 hasta mediados de los años setenta, y la del Dr. Gaspar Francia en el Paraguay del siglo pasado. La reforma constitucional era un producto del exceso de confianza del oficialismo que creía que con la popularidad del Presidente ---quien, inclusive en una fase crucial del proceso, se ausentó durante una semana del país---, y los fuertes aumentos salariales a médicos, maestros y otros sectores sociales, con abundantes aguinaldos, el regalo de la jornada de seis horas y el ambiente navideño, iba a pasar.
Con todo, las advertencias de un posible fracaso de esta innecesaria y arriesgada batalla, estaban a la vista: el proceso electoral de diciembre 2006, donde el Presidente, contra su propia proclamación, no consiguió 10 millones de votos, sino solo 7.3 millones; la incapacidad del poder presidencial de integrar a todas las fracciones de la coalición gubernamental en el nuevo partido oficial, el PSUV; la prolongada incapacidad del gobierno de convertir a Telesur en un poder televisivo real y, finalmente, la subestimación del costo político de una pérdida de la alianza con el General Baduel, que, a todas luces, era evitable.
4. Crisis de vida o muerte, en el 2008
La primera posibilidad institucional de que la derecha sustituya al gobierno del Presidente Chávez, se da en enero del 2010, a través del referendo revocatorio. Pero, Washington no esperará tanto tiempo. En la guerra se da la batalla decisiva cuando el enemigo está derrotado y en confusión. Es decir, Washington tratará de dar golpes decisivos a partir de este momento en los flancos débiles de la revolución nacionalista-desarrollista latinoamericana, para convertir la batalla ganada en una guerra ganada. El primer gobierno que caería en este escenario, es el de Evo en Bolivia, porque allá Washington ha logrado construir una situación muy cercana al jaque mate. En Venezuela, el detonante será, además de la subversión oligárquica-imperial, la crisis económica que golpeará con fuerza en el 2008, si el gobierno no toma medidas de urgencia de inmediato. El oficialismo ha convertido en tabú el debate macroeconómico. Sin embargo, cualquier economista puede inferir desde los equilibrios funcionales necesarios para la economía de mercado, dónde va a estallar el problema.
La inflación, ya de por sí alrededor del 18%, recibirá un nuevo auge con la inyección adicional de capacidad adquisitiva (liquidez) por el fin de año y requerirá después un enfriamiento considerable, que será aprovechado por la oposición. Los precios administrativos (definidos por el Estado) y regulaciones para los alimentos básicos, las divisas internacionales y el consumo interno de la energía, distorsionan cada vez más las relaciones de oferta y demanda y vuelven incontrolable a la economía, causando mercados negros, corrupción, burocracia y desabastecimientos. La idea de sustituir la inversión externa por la inversión del Estado, en lugar de controlarla, nace, al igual que las excesivas regulaciones e irreales precios administrativos de una sobreestimación del poder del Estado frente a las fuerzas del mercado.
La economía venezolana sigue siendo una economía de mercado capitalista y su superestructura sigue siendo la de una democracia burguesa, y esto determina las opciones reales que tiene la política económica de Miraflores. La voluntad del cambio revolucionario y el deseo de ayudar a los pobres, no logra contrarrestar esas realidades objetivas, tal como experimentaron Mao en el “gran salto adelante” y Fidel en la zafra de las 10 millones de toneladas. El voluntarismo tiene sus límites objetivos.
5. ¿Cómo evitar la destrucción del gobierno?
La derrota del referendo debilita sustancialmente el poder del Presidente en cuatro frentes de batalla:
a) ante la oposición interna;
b) dentro de los aparatos del oficialismo, donde los delfines de la Nueva Clase Política reorganizarán con urgencia sus escenarios del “Chavísmo sin Chávez”;
c) en la política internacional y,
d) en las Fuerzas Armadas.
Lo último es fundamental si tomamos en cuenta que hace tres meses hubo un conato de rebelión en un Comando Regional (CORE) de la Guardia Nacional. Para evitar que esta derrota se convierta en el Waterloo del Presidente, es imprescindible que renueva el sistema de conducción del bolivarianismo a nivel del partido, del Estado y del parlamento y que se construyan instancias que se atrevan a debatirle sus propuestas.
Estas instancias tienen que ser pluralistas, para ser funcionales, abarcando un amplio espectro político, desde el General Alberto Mueller Rojas, militar jacobino; el General Raúl Isaías Baduel, representante del centro político; los partidos y sindicatos obreros de la izquierda que están naciendo; el Socialismo científico del Siglo XXI y los movimientos sociales, entre otros sectores, que no sean fascistas.
Hugo Chávez es necesario para la continuación del proceso, pero sólo tendrá futuro, si se abre a instancias colectivas de conducción. Si no, destruirá el proceso que ha ayudado a construir, porque no solo es cierto, que “la Revolución devora a sus hijos”, sino también que los líderes revolucionarios, cuando se convierten en conductores unilaterales, “devoran a la Revolución”.
6. La previsibilidad de la política
En agosto del 2005 advertí sobre los peligros de la Nueva Clase Política para la revolución (“Venezuela: diez Tésis sobre la Nueva Clase Política”, http://www.aporrea.org/ideologia/a16272.html ), y en julio del 2006, sobre la previsible contraofensiva oligárquica-imperial: mientras los “cinco pilares de poder de la oligarquía: el económico, el militar, el eclesiástico, el mediático y el imperialismo estadounidense-europeo siguen intactos, la guerra no ha terminado. Y de hecho, una fuerte contraofensiva oligárquica-imperial puede esperarse a partir de 2008/9”.
Esa ofensiva contrarrevolucionaria ha llegado. Y las fuerzas de la liberación están mal preparadas para derrotarla. Es necesario un gran esfuerzo inmediato, para no perder la guerra.

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